A bote pronto, si nos preguntaran si nos gustaría jugar una partida en la que dispusiéramos de inicio de algún peón o pieza de más sobre los reglamentariamente admitidos, posiblemente todos contestaríamos que sí; sin embargo, hay ocasiones en las que un exceso de fuerzas puede suponernos un inconveniente, más que una ventaja.
Un ejemplo de ello es la siguiente posición, donde el bando blanco está jugando una partida en la que ha dispuesto de principio con nueve peones, los cuales aún conserva.
La paradoja es que si en vez de con nueve contáramos con los ocho peones de rigor la posición resultante nos permitiría dar un mate en uno. Pero la curiosidad no es ésa, la curiosidad es que esta afirmación se cumplirá retirando del tablero cualquiera de los nueve peones de la posición, como fácilmente podéis comprobar.
Cambiando de tema, para quienes ya peináis alguna canita ¿recordáis aquella serie americana que tenía el mismo nombre que esta entrada? ¡Señor, cómo pasa el tiempo...!
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